- Los quesos frescos como el cottage, el queso crema y el mascarpone presentan alta humedad, lo cual los hace más perecederos. Estos quesos deben mantenerse bien sellados y fríos y pueden consumirse antes de 2 semanas.
- Los quesos semisuaves, firmes y duros bien envueltos y almacenados en el refrigerador, se mantienen frescos de 4 a 8 semanas. Algunos quesos madurados pueden conservarse incluso durante más tiempo en condiciones adecuadas de preservación.
- Los quesos duros como el parmesano y el asiago, pueden almacenarse rallados en envases sellados en el refrigerador hasta por 2 semanas. Congélelos para conservarlos por más tiempo y úselos directamente al retirarlos de la refrigeración.
- Idealmente, sólo los quesos duros rallados como el parmesano y el romano, pueden congelarse hasta 3 meses. Congelar otros quesos como el cheddar y el gouda, provoca que se desmoronen.
- Los quesos rallados pierden humedad y generan moho más fácilmente que los quesos en pedazos mayores, puesto que tienen más superficie expuesta al aire. Envuelva bien el queso rallado que haya sobrado y utilícelo en pocos días.
- Si el queso ha desarrollado moho en la superficie, corte aproximadamente de 2 a 3 cms. de cada lado afectado. El queso que sobró debe utilizarse esa misma semana.
- Tenga cuidado especial con los quesos aromáticos, como el blue y el limburger. Si no están bien envueltos y envasados en recipientes herméticos, pueden pasar sus aromas y sabores a otros quesos y alimentos. U.S. Dairy Export Council
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